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miércoles, 16 de junio de 2010

Capitulo 10, Caidas en picado...





-Elizabet no te lo comas aquí, espera a la habitación.- dijo Beatriz con tranquilidad.

-Déjanos Beatriz, tu problema es que no entiendes de amor, como nunca has estado en ese estado tan maravilloso, que te desinhibe todo control de tu cuerpo.- le respondió Elizabet levantando solo un momento sus labios de los de Leo.

-¿Te refieres a cuando tienes un ataque epiléptico? Es cierto nunca he tenido uno.- sonrió con desdén.- Creo que os dejare a todos, no me gustan los números impares, además tengo un ligero presentimiento de que sobro en esta ecuación- mientras lo decía se levanto y volvió a colocar la capa sobre su cabeza.

-¿No habré herido tus sentimientos?- Elizabet formulo la pregunta con tono de risa, pero en el fondo había una preocupación real por el bienestar de la muchacha, no en vano ella le había salvado muchas veces e incubierto otras tantas.

Beatriz no le contesto y se limito a darse la vuelta y acercase a la ventana, se sentó sobre el alfeizar, levanto una mano y la movió en señal de despedida.
Elizabet se levanto de golpe y corrió hacia la ventana, pero era demasiado tarde, Beatriz ya estaba cayendo al vació, todos se levantaron, Ilargia y Elizabet miraron por la ventana.

-No esta tardando mucho en hacer algo.- dijo Elizabet verdaderamente preocupada.

-A Beatriz le gusta sentir el viento y la emoción de la caída, se moverá en el ultimo segundo, ya lo veras. Solo espera un poco.- le dijo Angelo, pero en su voz se percibía un tono de duda.
Cuando parecía que Beatriz iba a ser comida para gusanos, se movió y cayó de pie sobre una gárgola, como si no hubiesen sido cinco pisos de caída sino un metro.
Levanto la cabeza y miro hacia la ventana, Ilargia adivino que estaba sonriendo.

-Esta chica siempre me asusta, se me olvida que es como un gato para las caídas.- Elizabet volvió a respirar tranquila, y todos salvo Ilargia se volvieron a sentar.

-Pero los Kael son humanos, ¿Cómo es posible que sobreviva a una caída así?- pregunto desde la ventana.

-No somos del todo humanos, si así fuera no sobreviviríamos en este mundo ni un solo minuto, tenemos diferentes facultades que nos hacen especiales.- le explico Angelo, ella le miro y asintió, repentinamente un bostezo acudió a su boca y no pudo reprimirlo- ¿Quieres ir a tu habitación ya?-

-Estaría bien, por cierto ¿Cómo esta Tomas?- Ilargia comprobó como el rostro de los dos Kael se oscurecía cuando nombro a Tomas, pero ni ella ni Elizabet prestaron mucha atención a los dos.

-Esta bien, con el orgullo un poco dolido, lo tiene bien empleado, hay que estar muy loco para enfrentarse a un Kael. Yo le dejaría algún tiempo para que se lamiese las heridas, pero hacerme un favor, no te olvides de el. ¿De acuerdo?- Ilargia asintió y Elizabet sonrió.- Creo que es hora de que todos nos retiremos a nuestro cuartos, es increíble, cada vez que se va Beatriz todos nos vamos.- dijo entre risas, se levanto y cogió el brazo que Leo le tendía.- Hasta mañana.-

Los dos se fueron y solo quedaron Angelo e Ilargia.

-¿Vamos?- le dijo el con una sonrisa en los labios.

-Vamos.- le respondió ella, los dos se levantaron y se dirigieron hacia la puerta, por el camino Angelo se paro y se acerco a una muchacha que había allí.

-¿Esta ya preparada la habitación?- la muchacha asintió.- Por cierto felicidades, ya me han dicho que hoy cumples años, ya sabes que no me acuerdo bien de las fechas- ella comenzó a reírse.

-¿Y que regalo me vas a hacer?- le reto.

-Pequeña, nos vemos mañana. Cuídate.- el se despidió con un beso en la mejilla y volvió al lado de Ilargia.

-Ya tienen tu habitación limpia.- le dijo, Ilargia le sonrió y los dos volvieron por los pasillos llenos de locos. Cuando pasaron de nuevo por el patio el anciano Claudio seguía allí.

-Salve et Vale amici.- su voz como el susurro del tiempo. Los dos pasaron en silencio junto a el.
Ilargia que tenia buena memoria para los lugares, estaba apunto de seguir el mismo camino que a la ida, el camino que llevaba a la gran sala de las estatuas y el mármol.
Pero Angelo se desvió y la llevo a un gran patio en el centro del castillo, el suelo de mármol negro, en un lado del patio había un jardín rodeado por corredores de estilo barroco, en los que uno se podía sentar.
Sobre uno de ellos había una figura negra mirando a la luna.

-Es Beatriz, dejemos la por ahora, a ver si mañana esta de mejor humor.- le aclaro Angelo.

Pasaron aun algunos minutos antes de que llegaran hasta la habitación.
Los dos se detuvieron cuando llegaron, Angelo le dio una llave y le dio las buenas noches. Pero Ilargia tenía una pregunta que hacerle.

-¿Quién era esa chica de la cocina?- esto le pillo por sorpresa a Angelo.

-Mañana te la presento.- le dijo por toda explicación y se marcho.

Ella entro en el cuarto, tanteo la pared buscando algo, tenía el leve recuerdo de que se encontraba unos centímetros más arriba de lo habitual, después de unos segundos encontró el interruptor de la luz.


La lámpara del techo se ilumino mostrando una amplia habitación, en el fondo una gran cama con dosel, a la derecha el piano y una ventana con asientos, a la izquierda una puerta y estanterías repletas de libros, en el centro una mesa redonda con un jarrón y flores rodeada de sillas, y en una silla… una figura con capa negra.

-Has tardado mucho en llegar.- su voz sonaba tranquila.









DEDICADO A LA PETARDA DE NEREA QUE CUMPLE EL VIERNES!!

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